Monday, May 14, 2007

Andy Chango finalmente en directo

Sí, a muchos os pillará por sorpresa, pero fui a un concierto de Andy Chango. Hace tiempo que llevo expresando mis deseos de acudir a uno... pero Andy parecía inactivo según su web. Pero actuó en la Sala Clamores (en Madrid), que es lo que voy a relatar ahora.

Arturito avisó improvisadamente de esto. Lo más gracioso del asunto es que a pesar de ser el que nos “presentó” a Andy y el que se enteró del concierto, acabó por no poder venir. Así que acudimos ColdWind y yo.

Siguiendo las indicaciones de Tomás sobre el emplazamiento de la sala y lo que ColdWind recordaba haber impreso con el Google Earth para más tarde olvidar en casa de HotWind (su/mi primo), nos encaminamos rápidamente y sin cenar porque llegábamos tarde. Muy equivocados estábamos.

Nada más llegar nos preguntaron si tenemos reserva. ¿RESERVA? El caso es que tras pagar los 10€ correspondientes de la entrada y sentarnos en nuestra mesa no reservada... claro, que antes tendré que informar un poco de cómo es la sala Clamores. Está claro que muchos no entenderán el concepto de ver un concierto sentado (mi compañero de piso no daba crédito a esta historia, según él hay que estar “de pieS”) tranquilamente, pero la sala clamores es un jazz-bar con escaso aforo, aunque probablemente tiene más que la sala en la que vi a Astrud. El caso es que nuestra mesa sin reserva podría haber sido perfectamente la que hubiera elegido en caso de que me hubieran dado a escoger libremente. Una mesa frente a frente con el escenario, a unos escasos seis metros de Chango, que como buen protagonista se hizo esperar y empezó como una hora tarde.

Aunque la entrada era barata, los cubatas estaban a unos nada económicos 8€, cervezas a 4, pero Chango es Chango y aparte cuando pedías algo te daban cacahuetes, quicos, galletitas saladas. El precio del elitismo, discutimos largo y tendido sobre esta gran verdad.

Basta de hablar de aperitivos. A los teclados y el micro, Andy Chango. Al bajo, Candy, a la guitarra un tipo que se estaba fumando un peta, a la batería un tipo con cara de convencido y al trombón y micro también, con gafas de sol, el misterioso Norman.

Este último fue la auténtica revelación del concierto, ya que junto a Chango cantó la mayor parte de las canciones EN INGLÉS, para que más tarde se cantaran de la forma convencional. “Es tan absurdo que puede funcionar”, todas quedaban bien. Y así empezó el concierto, con “El viejo lexatín”, sin Calamaro, pero con Norman. Antes, Chango explicó que la toallita que le habían dejado junto al teclado era por si vomitaba (estuvo hecho un showman)

Tras tocar unas tres canciones, Chango informa de que el guitarra no es su músico habitual y de que al batería lo había conocido el día anterior. Al finalizar su ron-cola propone a la camarera canjear los cinco botellines de agua que había junto a los instrumentos por algo que lleve alcohol.

El caso es que echó a estos músicos improvisados para quedarse con Norman a solas en el escenario. Siguieron con sus curiosos dúos bilingües para sorprendernos con una canción que no habíamos oído nunca, “Hey, Norm, acaba la botella de ron”. En serio. Supongo que se llamaría así o por lo menos algo parecido, fue toda una revelación, Norman bailaba claque y hacía ruiditos raros con la boca en los momentos clave del tema.

Chango siguió haciendo pausas y explicando que había enviado un mensaje a Norman para que viniera a ensayar esa misma tarde, obteniendo por respuesta un “Bueno, si te hace ilu...”. Luego Norman explicó que había ido porque Chango había mandado un segundo mensaje: “Habrá estimulantes”. Andy nos explicó que para compensar esta desorganización general tocarían muy bajito, cosa que no había que confundir de ninguna manera con un acústico o unplugged, simplemente era “tocar bajito”.

El resto de la banda volvió al escenario unas cuantas veces, se tocó lógicamente “Neuronas” (and to fly and to fly and to fly shalala and to ride on the waves of the sea o una cosa así), “Demencia temporal”, “Lo mejor que le puede pasar a un cruasán”...

Entonces Candy susurró algo al oído de Chango. Éste se descojonó y dijo al público “El miembro más sobrio de la banda dice que toquemos la de “Norm, acaba la botella de ron”, que aún no la hemos tocado”. Y sí, repitieron ese tema desconocido que cautivó a tantos.

También hubo otro tema sorpresa que hasta ahora no habíamos oído: “Soy un vicio” o una cosa así. Esperemos que este tipo de cosas sean premonitorias de un nuevo disco.

Se tocó también “Budapest” de la formación anterior de Chango; SUPERCHANGO. Y a pesar de que se tocó la de Mortadelo y Filemón (otro de sus temas de banda sonora) no se tocó “Dile la verdad” de la película “Semen: una historia de amor”.

Del “Salam Alecum” cayeron pocas: “Los colores del amor”, “Calumnias e injurias” (cómo no, y confesó que es plenamente autobiográfica) y “Mi hermana” (Clarita Libertad, te habría llamado pero la sala Clamores es un búnker con 0 de cobertura exactamente)

Concluyo (que ya estoy rayando bastante con Chango, esto ya parece su blog) diciendo que es sin duda el concierto mejor amortizado en el que he estado. El propio Chango se admiró de que las cincuenta personas que poblábamos la sala le coreáramos todas las canciones. Sobre todo porque él sigue siendo pobre, lo que le inducía a pensar que descargábamos sin parar...

“¿Qué pasa, que me convertí en un artista de culto o algo por el estilo? Mi padre era culto, no sho, sho soy un ignorante, antes leía libros pero yaaaa...”

Unos cuantos vídeos que he encontrado del concierto pero que ni siquiera he podido ver (seguramente se me vea u oiga):





3 comments:

Arturo;) said...

jejej, que suerte cabrones, xDDDDD

Fran said...

offtopic:
Matt Hardding nos ha puesto en su página!!!

http://www.wherethehellismatt.com/videos.shtml

Anonymous said...

Interesting to know.