Tuesday, April 10, 2007

El cretino de Hemingway

Hoy me voy a meter con un premio Nobel, antes de que La Scene cumpla un año, cosa que sucederá en breve.

Para hacer un trabajo de Historia tenía que leerme un libro. Sabía que Hemingway había escrito sobre la guerra civil española, esa que aún colea por aquí, así que le pregunté a la profe si me podía leer algo suyo. Dijo que yo era el puto amo porque "Por quién doblan las campanas" no estaba en la lista de libros que nos había dado pero debería estar, alabó mis grandes conocimientos literarios y hasta me ofreció dar la clase si quería, cosa que rehusé con caballeresca cortesía. Es posible que no pasara exactamente así. Así que voy a una librería (Torrelodones tiene librería) y qué veo... 600 páginas de Hemingway.

Como ya sabéis, soy un valiente. Ya me había leído "Fiesta" de Hemingway y me había parecido que estaba bastante bien, aunque no acababa de encontrarle ese algo tan especial por el cual se habla tanto del bueno de Hemingway. No me achantan tus 600 y pico páginas, Ernest, allá donde estés, pensé, y compré el libro.

Hemingway era un tipo de puta madre que se creo una especie de personaje (lo cual me recordó un poco a mí en La Scene) que consistía en "soy el puto mejor escritor del mundo pero paso de reunirme con tíos con gafas; a mí lo que me va es beber whisky, las corridas de toros, pescar e irme de caza y safaris". ¿Por qué no? No es mala idea. El tío hasta estuvo en la guerra civil como corresponsal.

Pero me leo el libro y ¿qué encuentro?. Que es autobiográfico. Entonces me viene a la cabeza aquello que dijo Bukowski un día que de viejo explicó que él se imaginaba a los escritores de una forma que probablemente no tuviera nada que ver con la realidad (en plan "Imagino al escritor de La Scene como un tipo moreno de ojeras siniestras y con un machete colgando del cinturón) Pues ahí dijo "Imagino a Hemingway como un tipo que practicaba ballet a escondidas".

No dudo que lo hiciera. El personaje principal, Robert Jordan, que no es más que el alter ego de Hemingway, pero en dinamitero, es el amo:

Sabe de: caballos, explosivos, españoles, armas ligeras, armas pesadas, vehículos militares, estrategia militar, corridas de toros (mencionan a un torero que no conocía ni Cristo y, sí, Jordan lo había visto torear), ...

Pero bueno, siendo profesor de español en EEUU es lógico que sepa tantas cosas, pero además:

Bebe absenta como el puto amo y nadie lo tumba (bebe vino a la vez y no se emborracha), no hay pueblo español por pequeño que sea que él no conozca, el español que habla lo habla (atención) CON ACENTO DE EXTREMADURA, en todo el libro no hay una sola palabra o expresión que le tengan que aclarar, nunca le faltan las palabras, reconoce a los aviones a no sé cuantos mil metros de altura...

Y por último: se embarca en la más absurda historia de amor que ha vivido la literatura. Es en plan que ve a la españolita y "OH", se miran a los ojos y ya caen en el más profundo de los amores y esa misma noche ya están dándolo todo en su saco de dormir. Todo esto de la forma más melosa que se os ocurra, hablando de casarse a los cinco minutos. El hombre culto y la paleta. La historia de amor es necesaria en el libro, pero es predecible a pesar de de ser increíble. De todo esto deduzco que, en sus muchos viajes por España, Hemingway no pilló cacho.

Por supuesto, todos los personajes están relacionados en mayor o menor medida con el mundo taurino.

Al menos no está mal escrito. Y diréis que en 600 páginas se contarán la vida y milagros de Robert Jordan, pero no, cuenta cuatro días de su vida. Imagináos la densidad. 150 páginas por día.

Por cierto, no hace mucho se descubrió que el tipo se cargó a 122 prisioneros alemanes, lo confesaba en una carta.

"Una vez maté a un kraut de los SS particularmente descarado. Cuando le advertí que lo mataría si no abandonaba sus propósitos de fuga, el tipo me respondió: Tú no me matarás. Porque tienes miedo de hacerlo y porque perteneces a una raza de bastardos degenerados. Y además, sería una violación de la Convención de Ginebra . Te equivocas, hermano, le dije. Y disparé tres veces, apuntando a su estómago. Cuando cayó, le disparé a la cabeza. El cerebro le salió por la boca o por la nariz, creo", contó.
Qué tío.

En fin, hace casi un año que dije que en la scene hasta hablaría de libros y, finalmente, lo he hecho. Soy el mejor.

13 comments:

Anonymous said...

Apasionante relato. Lo que pasa es que no me gusta que hagas estos posts, ten en cuenta que si el imbécil de mi dueño no lee nada (cierto, como mucho lee cuando caducan los yogures) pues me quedo con ganas de leer. A ver si nos vemos pronto Pablo!

Von Snuff said...

Pásate por mi colon un día de estos. Los libros aburren, lo sé.

Anonymous said...

yo no sé que tienen los hombres en la cabeza que por muy listos y cultos que sean en cuanto se les abren unas piernas delante son capaces de vender su alma si hiciese falta, y da igual sómo sea la señorita. Luego, me rio yo de todos y cada uno sin excepción.

Anonymous said...

Ah! se me olvidaba, PALETOS!!

Fran said...
This comment has been removed by the author.
Fran said...

Eso de que da igual de como sea la señorita...

Permítme discrepar españolita paleta

Anonymous said...

Hombre, en algunos casos como que da igual como sea la españolita...o la erasmusita...pfff bueno, bueno, bueno. Me voy con Eto´o que creo que está enfadado con Ronnie porque no entrena, a ver si se calma...

Von Snuff said...

Discrepo. La tía ha de tener un mínimo que se puede recoger en una escala cualquiera y que variará dependiendo del hombre (ej; poti=0, fran=8.63, ...)

Jorge Poti said...

Que jodio eres...xDDD

Arturo;) said...

¿Y no diste la clase?

Anonymous said...

Tienes algo encontra del acento extremeño???
¬¬

Anonymous said...

Gran post pejake, me ha gustado mucho, pero yo creo que la tia deberia de tener un minimo no? ya sabes de eso que te imaginas, como minimo la mano no debe cubrir no?
Bueno Pe un abrazo, te llamare pronto.

Socometro said...

Una vez leí que unos campesinos vieron a hemingway haciendo estiramientos antes de entrar en el saco de dormir y le dijeron: "vamos Ernest, enséñale lo que sabes, dándolo todo!"