En realidad esto ya sucedió en la salvaje Vancouver donde por motivos que ni yo comprendo acabé viendo a Angry Samoans en una sala terrible llamada Venus, de acústica infernal. Si estáis por Vancouver no vayais a esa sala ¿ok?
Pero el otro día acabé en el Teatro Lara para ver a The Depreciation Guild en su primer concierto en España. Armado no con mi entrada, sino con mi reserva de prensa llegué a tal lugar en el Madrid más modernete. Fui a pedir mi pase:
-Hola, tengo pase de prensa
-¿Invitación especial?
-Me vale
Al principio reconozco que me sentí emocionado por ser un Agente Especial, como Dale Cooper o Fox Mulder y comenzar una nueva vida defendiendo el bien, chapando La Scene, atormentándome por mi pasado, etc. Mi decepción fue grande al ver que me entregaban un sobre con mi nombre (mal escrito) sacado de una gigantesca acumulación de... otros sobres. Nadie es especial.
¿Entradas... numeradas? Lo de teatro... ¿va en serio? Entré en un bucle mental pesadillesco sobre las diferencias entre el cine y los conciertos. ¿Os imagináis llegar al cine y que las películas empiecen, por sistema, una hora tarde? ¿Os imagináis que los tráilers durasen prácticamente lo mismo que la película?
Sin embargo, todo en realidad es lo mismo. Así que en lugar de las diferencias traté de buscar los puntos de contacto, las analogías. ¿Dónde está el "EL LIBRO ES MEJOR" dicho a la salida con tono suficiente? Ah, claro... "YO HE VENIDO POR LOS TELONEROS".
Los teloneros en este caso eran "His Majesty The King". 46 oyentes en Last.fm... ¿estaba ante la revelación indie venida de Brooklyn junto a The Depreciation Guild? ¡NO! ¡Grupo local! Así que aquí estaba el secreto... buena parte de esta gente (¿150 personas en el público?) venía a ver a sus colegas.
Una chica cantando con su guitarra y un bateras. ¿Pop-rock? No sé, cambios rítmicos extraños, capacidad berreadora de ella. En inglés, claro. No entendía nada de las letras, a mí me sonaban a "mi perro está en temas de drogas, pero todo saldrá bien".
Todo esto llegado un momento terminó y llegaron The Depreciation Guild, grupo al que supongo que era el único que venía a ver. ¿Por qué quería ver a estos tíos?
En los 90 hubo una corriente llamada shoegaze, que está reviviendo inexplicablemente ahora. Shoegaze porque los tíos salían al escenario a mirarse las zapatillas mientras tocaban, con sus flequillos tapándoles la cara. Lo más característico que nos quedó de esta ola fueron My bloody valentine (a pesar de ese terrible nombre, no son, no tienen nada que ver, no, no, nada de EMO). Puede que algunos los recuerden por aquel tema, Sometimes, que ilustró Lost in Translation. Por cierto, la Coppola vuelve a ganar premios, a lo mejor la llamó para tomar algo y eso. Algo provocan en mí las mujeres con narices raras.
Eh, uh, ah... sí... bueno que The Depreciation Guild reviven todo eso y encima pillan una Nintendo, la conectan a los teclados y lidera al grupo. Va medio en serio. No sé cómo funciona, pero de verdad, vi la Nintendo. Así que el shoegaze se mezcla con ese género que no tenía nada que ver... el 8-bit. De forma incomprensible casan bien, la nostalgia y la sensación nocturno-onírica se ven potenciadas al imaginar las heroicidades en pocos bits realizadas por un puñado de pixels.
Eso debajo del teclado, en la parte derecha, es la Nintendo que lidera al grupo. La foto es mía, ya sé que mola.
Creo que todo viene porque son de Brooklyn, igual que Super Mario.
En vivo, excelentes, mejor que en casa; cuesta salir de un concierto y decir eso. El segundo guitarra se movía y miraba sus zapatillas. El cantante bebía té. Dijo que era raro dar un concierto para gente sentada; lo era. Hubieron problemas técnicos a raudales. Se sobrepusieron. Sala = mal. Músicos = bien.
The Depreciation Guild - In her gentle jaws (éste es el primer disco, pero me mola más el último, aunque la canción que le da nombre es de mis favoritas, la única instrumental)
The Depreciation Guild - Spirit Youth (Mis favoritas: My chariot, Crucify you, Spirit Youth)
1 comment:
qué cansado estoy de etiquetas musicales..
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